Tours en Helicóptero: Descubre la Guelaguetza y la Devoción a la Virgen del Carmen
México, un país vibrante y lleno de tradiciones, ofrece una experiencia única para los amantes de la cultura y la aventura. Uno de los modos más emocionantes de apreciar la magnitud de sus festividades es desde el cielo, con los tours en helicóptero que te permiten ser testigo de dos eventos espectaculares: la Guelaguetza en Oaxaca y la devoción a la Virgen del Carmen en varios estados del país.
La Guelaguetza, también conocida como «Los Lunes del Cerro», es una festividad oaxaqueña que reúne a las ocho regiones del estado para compartir música, danza, trajes y gastronomía. Desde un helicóptero, podrás capturar la majestuosidad de este evento, que tiñe de color y alegría toda la ciudad, ofreciendo una vista panorámica que es simplemente incomparable a cualquier experiencia terrestre.
Por otro lado, la devoción a la Virgen del Carmen se manifiesta a través de procesiones y fiestas patronales en muchas localidades mexicanas. Esta veneración es particularmente significativa en lugares como Catemaco, Veracruz, donde la imagen de la Virgen realiza un recorrido por el lago. Contemplar desde el aire cómo las embarcaciones decoradas con flores escoltan a la imagen produce una perspectiva única de esta conmovedora expresión de fe.
No puedes dejar pasar la oportunidad de vivir estas festividades de una forma completamente distinta. Los tours en helicóptero te ofrecen no solo vistas espectaculares, sino también la comodidad y la adrenalina de surcar los cielos mientras eres parte de la historia y la tradición mexicanas. Las fotos y vídeos que podrás tomar desde esta perspectiva serán un recuerdo inolvidable de tu viaje.
La Guelaguetza: Un Espectáculo Cultural Inigualable
Cada año, las laderas del cerro del Fortín en Oaxaca se convierten en el escenario del La Guelaguetza, uno de los festivales culturales más vibrantes y coloridos de México. Este festival, también conocido como «Los Lunes del Cerro», se realiza en los dos últimos lunes de julio y reúne a las ocho regiones del estado para compartir sus tradiciones, música, danza y trajes típicos. La Guelaguetza es un evento que simboliza la hospitalidad y la generosidad oaxaqueña, permitiendo a visitantes de todas partes del mundo ser testigos de una celebración ancestral que se mantiene viva a través de las generaciones.
Durante el festival, los diferentes grupos étnicos de Oaxaca, como los Zapotecos, Mixtecos, Mistecos, y otros, toman el escenario para presentar sus bailes tradicionales, que son ejecutados con gran maestría y pasión. Estos bailes no solo son una muestra de destreza artística; también cuentan historias y leyendas de los pueblos representados. Los espectadores se ven sumergidos en una atmósfera mágica al son de la música folclórica, complementada con el uso de pirotecnia y el espectáculo de los bailarines que visten trajes repletos de bordados elaborados, cascabeles y plumas vivamente coloreadas.
Además de las presentaciones artísticas, La Guelaguetza es también una oportunidad para disfrutar de la gastronomía oaxaqueña y otras expresiones artesanales de la región. Los visitantes pueden degustar platillos como el mole oaxaqueño, tlayudas, y chapulines, así como adquirir textiles, cerámicas y otros artículos hechos a mano por artesanos locales. Al descender la noche sobre la ciudad de Oaxaca, las callejuelas se llenan de la alegría de las verbenas populares, donde las risas y la música siguen resonando, creando recuerdos imborrables en todos quienes se unen a la fiesta de La Guelaguetza.
La Virgen del Carmen: Un Símbolo de Fe y Celebración en Oaxaca
La devoción a La Virgen del Carmen tiene un significado muy especial en la ciudad de Oaxaca, una región rica de tradiciones y fervor religioso. Su imagen, venerada en muchas partes del mundo, encuentra en Oaxaca un lugar destacado dentro de las celebraciones y las expresiones de fe del pueblo oaxaqueño. Cada año, el día 16 de julio, la ciudad se viste de gala para celebrar a su patrona en una mezcla conmovedora de rituales ancestrales y elementos católicos, reflejo del sincretismo que caracteriza al Estado.
Durante la festividad de La Virgen del Carmen, las calles de Oaxaca se colman de colores y música. Las procesiones y las danzas tradicionales, como la famosa ‘Danza de la Pluma’, se llevan a cabo con gran pompa y alegría. Los fieles, ataviados con indumentarias típicas, caminan con fe junto a la imagen de la Virgen, adornada con flores y entonando cánticos y oraciones. Es una manifestación de la religiosidad popular que invita a propios y extraños a sumergirse en un ambiente de devoción y festividad.
Los altares en honor a La Virgen del Carmen también son un aspecto central de la celebración. Estos altares, llenos de velas, flores, e imágenes sagradas, se elaboran tanto en las iglesias como en los hogares de los creyentes, representando un espacio de encuentro para la oración colectiva y la reflexión espiritual. Para los oaxaqueños, estas prácticas son no solo una forma de preservar su herencia cultural, sino también de reafirmar su identidad y sus valores en la comunión con lo divino.
Guelaguetza: Centurias de Historia Cobran Vida en el Presente
La Guelaguetza, también conocida como «Lunes del Cerro», es una festividad que trasciende el tiempo, arraigada en el corazón de Oaxaca. Este evento anual, que tiene lugar en el mes de julio, es una explosión de color, tradiciones y alegría que retrata con fidelidad el rico tapiz cultural que caracteriza al estado y a sus comunidades indígenas. La Guelaguetza se ha convertido en un punto de encuentro que brinda a los visitantes una ventana única a las antiguas tradiciones de México.
Originándose de ritos precolombinos que honraban a la diosa del maíz, Centéotl, la Guelaguetza conserva al día de hoy aquel espíritu de gratitud y celebración de la cosecha. Ahora, durante dos lunes consecutivos después del 16 de julio, las distintas etnias de Oaxaca se reúnen en el anfiteatro construido en el Cerro del Fortín para presentar sus danzas y música autóctonas, cada una con su vestuario distintivo que relata una historia propia de su comunidad.
Uno de los momentos más destacados es cuando los participantes comparten con la audiencia las ofrendas de sus regiones mediante el acto del «convite», que implica el obsequio de productos locales como chocolate, pan, y frutas entre otros. Este acto representa el intercambio y la hermandad entre las comunidades oaxaqueñas y simboliza la esencia de la palabra Guelaguetza, que en zapoteco significa «intercambio recíproco de regalos y servicios».
Adicionalmente, la Guelaguetza se extiende más allá de las presentaciones en el Cerro del Fortín. Las calles de Oaxaca se llenan de actividades paralelas, incluyendo ferias artesanales, exposiciones de arte, conciertos y mercados de comida, donde los visitantes pueden degustar la exquisita gastronomía oaxaqueña y adquirir artesanías únicas. Las coloridas calendas, desfiles tradicionales que recorren los caminos entre música y bailes, anticipan el fervor de las festividades principales.
La experiencia de la Guelaguetza va más allá del espectáculo visual; es un encuentro sensorial lleno de aromas, sabores y ritmos que conjuga el pasado con el presente. Los visitantes no solo se convierten en espectadores, sino en participantes de una tradición viva que honra el espíritu comunitario y la rica herencia indígena de Oaxaca. Como actividad turística, no hay mejor manera de comprender y vivir la historia y cultura de una de las regiones más emblemáticas de México.
